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Cuando segmentar de más arruina tu campaña de email

Segmentar está bien. Hipersegmentar puede bajar tus resultados.

En email marketing, no todo se resuelve afinando filtros. A veces, menos segmentación significa más efectividad.

Hablar sobre esta temática puede incomodar, pero si tus tasas de apertura y de clics bajan sin una causa clara… puede que estés segmentando en exceso.

¿Qué es la segmentación (y por qué a veces se va de las manos)?

La segmentación consiste en dividir tu base de datos en grupos más pequeños para enviar mensajes más relevantes.

Es lo básico del email marketing. Pero llevado al extremo, se vuelve un problema.

¿Por qué?

  • Reduces el volumen de envío.
  • Limitas el alcance sin aumentar conversiones.
  • Multiplicas el trabajo y el margen de error.
  • Dificultas el A/B testing.
  • Dejas fuera a usuarios que podrían haber convertido.
  • Bloqueas aprendizajes que solo se ven a escala.

Ejemplo real: una marca educativa filtró su base por edad, carrera, país y nivel de conocimiento. Al final, sus campañas solo llegaron a una pequeña parte de su audiencia. ¿El resultado? Por debajo de lo esperado. ¿El equipo de marketing? Frustrado. ¿El equipo de ventas? Sin leads. ¿La inversión? Perdida.

Señales de que estás sobresegmentando

¿Cómo sabes si te estás excediendo? Estas son algunas alertas claras:

  • Tu audiencia por campaña se vuelve cada vez más reducida.
  • Bajan los clics aunque mantienes el mismo volumen de envíos.
  • Realizas múltiples versiones de una campaña con resultados iguales (o peores).
  • Preparar cada envío te toma demasiado tiempo.
  • El equipo comercial no nota diferencias en los leads que recibe.
  • Tus insights por campaña son tan pequeños que no puedes tomar decisiones.

Tip: no confundas personalización con hipersegmentación. A veces, un buen mensaje general tiene más impacto que cinco versiones hiperfiltradas.

El falso mito: “mientras más personalizado, mejor”

Este mito viene de una mala interpretación de lo que es personalizar.

Poner el nombre en el asunto no es personalizar. Tampoco lo es mandar cinco campañas diferentes para microsegmentos.

Personalizar no es hacer una campaña por cada grupo

Personalizar de verdad es:

  • Entender el momento en el que está el usuario.
  • Hablar en el tono adecuado.
  • Usar insights de comportamiento, no solo datos demográficos.
  • Ajustar el timing, más que el contenido.

Lo demás, muchas veces, solo complica sin aportar valor.

Ejemplo simple: dividir por género para una promo genérica. No solo es innecesario: puede resultar molesto o hasta discriminatorio.

¿Por qué pasa esto?

Porque usamos los datos para excluir, no para entender.

Filtras por ciudad, edad, clic anterior, dispositivo, CRM… y terminas con un grupo tan pequeño que no escala.

Y lo peor: crees que estás siendo más relevante, cuando en realidad nadie te ve. Tus mejores ideas quedan encerradas en una audiencia mínima que no te da retorno.

Cuándo segmentar sí vale la pena

No se trata de eliminar la segmentación. Se trata de usarla con criterio.

Segmenta cuando:

  • Existen comportamientos claramente distintos (usuarios activos vs inactivos).
  • Tu producto cambia según el perfil (ej. empresas vs consumidores).
  • La ubicación realmente impacta la propuesta.
  • Hay riesgos legales si no segmentas.
  • Necesitas filtrar por permisos explícitos o consentimientos.

Si no se cumple uno de esos casos, intenta enviar una campaña más simple y analiza los resultados.

Qué hacer en lugar de sobresegmentar

Quieres mejorar sin perder alcance. Esto es lo que puedes probar:

  • Variables dinámicas: cambia partes del contenido sin dividir audiencias.
  • Timing inteligente: ajusta el momento de envío según comportamiento.
  • Testea el copy y el diseño, no solo los filtros.
  • Analiza el comportamiento post-clic, no solo el open rate.
  • Unifica campañas con lógica clara y CTA fuertes.
  • Construye flujos automatizados que respondan al comportamiento real.

El 80% del éxito suele venir de mejorar el mensaje, no de dividirlo.

Casos donde segmentar menos funciona mejor

Caso 1 – SaaS B2B:

Una startup unificó campañas para diferentes industrias. Usó contenido adaptable sin sobresegmentar, y logró mantener la relevancia sin complicarse. Además, aprendieron más sobre lo que funciona al ver los datos en conjunto.

Caso 2 – Ecommerce:

Una marca de moda optó por mensajes más editoriales en lugar de dividir por género o historial de compra. El cambio le permitió enfocarse en mejorar el storytelling y aumentar el volumen de A/B Testing.

Caso 3 – Salud:

Un laboratorio que antes enviaba contenidos distintos según la especialidad médica, decidió curar la información por temas de interés general. El enfoque fue más simple y mejor recibido. También aumentó el alcance de marca sin sacrificar calidad de engagement.

Caso 4 – ONG:

Una organización sin fines de lucro unificó sus envíos para todos los donantes y mejoró la tasa de clics al enfocarse en historias y resultados, en lugar de dividir por monto donado o zona geográfica.

Lo que realmente importa al segmentar

Segmentar no es solo dividir. Es entender. Antes de crear nuevas listas, hacete estas preguntas:

  • ¿Esta segmentación mejora el mensaje o solo lo limita?
  • ¿Hay suficiente volumen como para justificarla?
  • ¿Puedo medir claramente los resultados?
  • ¿Vale el esfuerzo extra que implica?
  • ¿Estoy resolviendo algo real o solo complicando por inercia?

Si no puedes responder “sí” a todo, mejor simplifica.

Segmentar es necesario, pero tiene su límite

Cuando te excedes, pierdes impacto. El email marketing no necesita ser perfecto: necesita ser claro, útil y consistente.

No es más segmentación lo que necesitas, sino mejor ejecución y la automatización cambia radicalmente tu métricas. Deja de excluir. Empieza a conectar. ¿Cómo crees que puedes automatizar tus email marketing segmentados por intereses?

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