Qué es la publicidad nativa y cómo ayuda a impulsar tu estrategia digital
La serie Stranger Things, de Netflix, protagoniza uno de los ejemplos más atrayentes de publicidad nativa. En 2017, Spotify y la empresa audiovisual se asociaron para crear una campaña, a causa del lanzamiento de la segunda temporada. Ello permitió que, al iniciar sesión en la plataforma de música, los usuarios pudieran activar el modo identificado con el mismo nombre de la historia y explorar playlists basadas en distintos personajes.
Más aún, considerando los hábitos de escucha, Spotify generó matches entre la lista y el usuario, haciendo aún más entretenida la visita. En síntesis, además de una propuesta novedosa, se ofreció una experiencia personalizada e inmersiva muy ad hoc con el ADN de ambas marcas.
Indudablemente, una estrategia digital bastante inspiradora para llegar al target, sin atraer altas tasas de rechazo ni debilitar la imagen de la empresa. Una discusión que todo equipo publicitario debiera abordar.
¿Éxito asegurado?
Mirando el caso de ambos gigantes tecnológicos, la publicidad nativa pareciera ser una fórmula segura para llegar al éxito, pero no es tan simple. Antes de entrar en el concepto, tratemos este punto. ¿Por qué funciona con Netflix y Spotify? Además de la creatividad, principalmente, debido a que es una campaña centrada en el usuario, que no traiciona la personalidad de las marcas.
Y ahí tenemos una buena lección. Porque seamos realistas, a esta altura es muy común encontrar computadoras o dispositivos móviles con, al menos, un adblocker. Y aunque para las empresas sea complejo, es la mejor escapatoria que encuentran los usuarios en medio de la fatiga publicitaria. Por eso hay que abrir caminos más innovadores e interesantes, que no representen una invasión ni rompan la credibilidad.
El asunto es que ninguna vía comunicativa es exitosa por sí misma si no se emplea adecuadamente. En consecuencia, la estrategia digital que la abarca debe aprovechar su potencial privilegiando el interés del cliente y no, los egos corporativos. Es la primera regla que los diseñadores de anuncios debieran respetar.
Ahora, ¡vamos al tema central!