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Desafíos para una comunicación interna en modos híbrido y presencial

El 83% de los trabajadores de todo el mundo prefieren un modelo de trabajo híbrido. ¿Te identificas con esa cifra? Es un porcentaje bastante categórico que en parte se explica por la autonomía laboral y la posibilidad de equilibrar la vida profesional y personal.

Sin embargo, si bien el 74% de las empresas han prometido cierto grado de flexibilidad en los horarios de empleo, sobre el 80% han mostrado interés en reanudar los horarios anteriores a la pandemia. De hecho, el 36% de las personas han vuelto a un entorno de trabajo completamente presencial en distintos sectores.

Pero estas cifras, compartidas por el informe Future of Work Study 2022 de la consultora Accenture, no solo muestran tendencias también plantean una serie de desafíos en materia de comunicación interna para ambas formas de trabajo.

Profundicemos en ello.

La comunicación híbrida necesita estrechar vínculos

1. Impulsar el compromiso con la empresa

Los contactos cara a cara no solo son importantes para el bienestar psicológico de los trabajadores y la sociabilización, también ayudan a impulsar la pertenencia y el compromiso con la empresa.

Pero al predominar un entorno híbrido, donde la interacción se vuelve mucho más asincrónica, es fácil que el vínculo con el lugar de trabajo se debilite. Por eso la comunicación interna tiene que enfocarse en generar instancias que potencien las conexiones entre los equipos y la compañía.

¿Ideas?

  • No espaciar demasiado la presencialidad. Por ejemplo, asegurar una cierta cantidad de días al mes donde el trabajo sea in situ.
  • Organizar actividades físicas extraprogramáticas.
  • Realizar reuniones virtuales, por ejemplo, una vez a la semana.
  • Emplear herramientas para abrir espacios de trabajo online. Como Slack que permite gestionar reuniones y funcionar en equipo.

2. Eliminar los sesgos inconscientes

Las empresas deben cuidar de no hacer diferencia entre quienes pasan más tiempo en el lugar de trabajo y quienes se desempeñan mayormente a distancia. De lo contrario, pueden surgir efectos perjudiciales en la autoestima de los empleados, disminuyendo su productividad y concentración en el trabajo.

Entonces, si, por ejemplo, existen políticas para entregar regalos en los días de cumpleaños, es importante que sean válidas para todos. Es decir, que alguien no los pierda por el hecho de estar trabajando desde otro lugar.

3. Realizar onboarding en línea

Acelerar la incorporación de un nuevo trabajador para ayudarlo a adaptarse a la cultura empresarial, a los equipos de trabajo y a las funciones de su cargo, puede ser mucho más complejo en modo online que hacerlo de manera presencial.

Pero si bien no existe un modelo único de onboarding, es posible ejecutar un proceso exitoso con un plan de acción bien diseñado, que contemple el entorno virtual.

Por ejemplo,

  • Crear espacios de capacitación online.
  • Usar herramientas digitales.
  • Complementar con jornadas de incorporación en el lugar de trabajo.

La confianza es el motor de la comunicación presencial

1. Disponer de canales de información efectivos

En el plano virtual hay un sinnúmero de opciones para interactuar fluidamente, por ejemplo, el correo electrónico. Pero ¿qué utilizar en una modalidad de trabajo presencial?

Tal vez, pueda que no sea tan fácil definirlo, especialmente cuando se debe gestionar una amplia cantidad de departamentos. Sin embargo, los canales en línea también son sumamente útiles y necesarios de incorporar. Pero de igual modo es fundamental disponer de recursos para el plano offline.

Por ejemplo,

  • Diarios murales.
  • Buzones de sugerencias.
  • Jefes de área que sirvan de nexo entre las partes interesadas.

Y en cuanto a los canales online, además del email, puedes implementar:

  • Chats internos.
  • Blog
  • Intranet.
  • SMS.

2. Generar sintonía en medio de la diversidad

Una empresa puede ser tan diversa como los intereses e inquietudes de sus trabajadores. Distintas generaciones, múltiples habilidades y competencias, variadas identidades de género, diferentes culturas y un largo etcétera.

Y ahí la calidad de la comunicación interna es clave para garantizar un ambiente de trabajo inclusivo y equitativo que contribuya a construir una cultura de respeto.

Para eso es importante,

  • Crear equipos de resolución de conflicto.
  • Diseñar campañas de concientización sobre el valor de formar una fuerza laboral diversa.
  • Abrir ventanas de comunicación para que los trabajadores puedan manifestar sus diferencias, desde el respeto, y encuentren soluciones que satisfagan a ambas partes.

3. Impulsar la confianza

No es extraño que algunas personas sientan temor de expresar sus opiniones o de realizar reclamos. Situación que, además, de dañar el buen ambiente laboral puede perjudicar la productividad y disminuir la motivación del afectado.

Por eso, las empresas deben fomentar los espacios de comunicación abierta basados en prácticas transparentes que garanticen la ausencia de represalias o discriminaciones. Así se construye un vínculo de confianza y se enriquece la relación con los trabajadores.

Rompe los silos de información

Ya sea que en tu empresa predomine el trabajo híbrido o el trabajo presencial, la comunicación interna debe promover el diálogo y el intercambio de información entre los distintos departamentos para mantener una cultura organizacional positiva que contribuya al crecimiento de la compañía.

Desafíos que pueden subir en complejidad dependiendo, principalmente, del tamaño de la empresa y de la cantidad de cargos y/o equipos que existan. Pero independiente de ello, es fundamental que la interacción también se fortalezca entre las jefaturas y los trabajadores.

Así se generan confianzas y un entorno laboral propicio para evitar la fuga de talentos y atraer a empleados y colaboradores altamente calificados.

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