Transformación digital en el sector educativo: desafíos y acciones a seguir
El contexto de pandemia ha impactado con rapidez en las condiciones operativas de los principales rubros de la sociedad. Un caso evidente es la transformación digital en el sector educativo que, si bien no es un fenómeno nuevo, se enfrenta a múltiples desafíos generados o intensificados por la crisis sanitaria. El tema es identificarlos y saber qué decisiones tomar frente a ellos.
Pero primero entendamos que digitalizar no se reduce a trasladar las principales operaciones a un sitio web. El proceso en educación es mucho más complejo y requiere tener una mirada en 360°, sobre todo, en medio de una pandemia que ha aportado innumerables obstáculos al año académico, obligando a instituciones, docentes, alumnos y apoderados a aprender sobre la marcha.
Siendo más específicos, ¿qué retos enfrentan los sistemas educacionales?
1. Identificar y disminuir los obstáculos
Ningún esfuerzo de digitalización será eficiente, si no existe capacidad para ejecutar estas acciones. Por ejemplo, una de las barreras más visibles, son las escasas competencias digitales que tienen muchos docentes. Entonces, es imprescindible proveer conocimientos, mediante sesiones de formación que les permitan gestionar y coordinar sus tareas, y así optimizar las etapas de educación a distancia.
Y no olvidemos a los apoderados quienes, en la medida de lo posible, cumplen el importante rol de apoyar las jornadas de aprendizaje que tienen sus niños. Sin embargo, no todos poseen las herramientas para hacerlo, ni son nativos digitales. Por lo tanto, ese es otro factor que no se debiera descuidar.
2. Educar en materia socioemocional
Las sesiones educacionales no solo deben centrarse en los campos clásicos de estudio, como las ciencias y matemáticas, o aquellos más específicos concernientes a carreras o especialidades de posgrado; también hay que aterrizarlas al contexto social. Sabemos que esta pandemia genera incertidumbre, estrés y frustración, por consiguiente, es relevante educar en temas socioemocionales.
¿Qué tiene que ver con la transformación digital en el sector educativo? La incapacidad para manejar estos estados, produce efectos adversos en los procesos online de enseñanza y aprendizaje, poniendo en peligro la calidad del primero y la continuidad del último. Por ende, es primordial fomentar el desarrollo de habilidades no cognitivas que ayuden a enfrentar la situación actual y las posteriores dificultades.
3. Lidiar con los peligros de la navegación online
La vulnerabilidad digital, producto de los ataques y/o delitos cibernéticos, es un problema que no distingue entre rubros ni clientes. Y si nos centramos en el educativo, las vías para que ello ocurra no son menores. Pueden existir ventanas de pago, inscripciones, descargas y una serie de otras actividades o elementos online que, de no tener los correspondientes protocolos de seguridad, podrían debilitar la digitalización y poner en riesgo a los usuarios.
Hay software y plataformas a los que recurrir, pero también es recomendable implementar campañas de concientización entre quienes interactúan con el ente educacional. Por ejemplo, si trabajas con Email Marketing y tienes tu lista de suscriptores, envía mensajes alertándolos sobre estos peligros y los cuidados que debieran adoptar. Igualmente, cuéntales cuáles medidas has tomado como institución.
4. Desarrollar planes vanguardistas de educación a distancia
Existen variadas ofertas de pregrado y posgrado que imparten diversos planteles, dentro y fuera de Chile, en modalidad online. Es más, hay carreras e instituciones de educación superior que liberan algunos de sus cursos o materiales académicos para que cualquier persona tenga acceso gratuito, lo cual ha sido más notorio en los meses de pandemia.
Además, otra vía que comenzó a adquirir fuerza durante los últimos años, es la creación de Moocs, un acrónimo en inglés que hace referencia a cursos online masivos y abiertos, relacionados con innumerables temáticas, donde universidades nacionales también se han hecho parte.
En consecuencia, la web es un terreno fértil para implementar oportunidades de aprendizaje, de excelente calidad, que entreguen mayor libertad al momento de planificar las jornadas de estudio y ampliar los conocimientos. Por esa razón, satisfacer a esos miles de interesados, con ofertas atractivas que se adapten a los actuales y futuros requerimientos de empleo, es otro de los desafíos que plantea la transformación digital en el sector educativo.
5. Saber cómo y dónde comunicar
Parece algo sencillo, pero no lo es tanto. La comunicación va más allá de un simple diálogo o de encontrar la palabra correcta. Implica tener habilidades verbales, no verbales y escritas para transferir información, ideas o conceptos, con fluidez y claridad, tal que el receptor los comprenda rápidamente. Y en un proceso de transición digital esto es muy importante.
Por lo demás, recuerda que toda tu presencia online como institución, comunica y habla de ti. El modo en que distribuyes los contenidos en el sitio, el tono que empleas en redes sociales, la prolijidad en las campañas de Email Marketing, el tipo de contenido que generas, etcétera. Comunicar, entonces, es una acción que no puede quedar a la deriva.
Esfuerzo compartido
En suma, la transformación digital en el sector educativo puede convertirse en un proceso mucho más complejo si no se enfrenta debidamente. Vimos que no solo se trata de implementar un sitio web o de optimizar operaciones administrativas internas, por el contrario, su alcance es bastante más amplio y requiere de un trabajo mancomunado entre varios actores.
Para ello, es importante que cada involucrado entienda su rol, se retroalimente, comprometa y brinde ayuda, desde su posición, a quienes corresponda. En términos sencillos, digitalizar es como activar una especie de engranaje, donde las partes deben funcionar en sincronía para obtener buenos resultados.
Ahora, en pandemia la realidad es considerablemente más difícil. Por lo mismo, el impulsar esta transformación precisa de un mayor esfuerzo por parte de las instituciones, no solo para obtener ventajas competitivas dentro del mercado, sino que también, para potenciar la conectividad entre sus distintos actores, fortalecer los procesos de enseñanza y abrir nuevas puertas que beneficien a quienes integran cada ente educativo.