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¿Deberías incluir contenidos generados por IA en tus estrategias digitales? Consejos y precauciones

¿Has escuchado o leído sobre Heliograf, la tecnología de narración automatizada del Washington Post? Solo en 2016, su primer año de funcionamiento, redactó 850 artículos sobre los Juegos Olímpicos de Río, los partidos de fútbol locales y las actualizaciones electorales.

Sí, tal como se ve, un software alimentado por inteligencia artificial hizo parte del trabajo que le correspondía a los reporteros.

Sin embargo, aunque parezca lo contrario, el objetivo no era reemplazar a los profesionales, sino que liberarlos para realizar labores más importantes. Y justamente, esa es una de las claves de los contenidos generados por IA: 

  • En lugar de tomarlos como una sustitución de tareas humanas, hay que utilizarlos de modo complementario.

Pero no es tan simple. Existen diversas precauciones que adoptar, más aún cuando hablamos de crear estrategias digitales de alto nivel y de la postura de Google frente a este tipo de contenidos.

Eso y más desarrollaremos a continuación.

¿La inteligencia artificial asegura contenidos de calidad?

Mediante la generación de lenguaje natural (NLG), los software o bots impulsados por IA son capaces de crear en segundos una narrativa sobre múltiples temáticas. Lo que para algunas marcas puede representar una solución eficaz frente a la escasez de tiempo y de recursos que dificultan la creación de contenidos.

Pero ¿qué tan efectiva es esta tecnología?

En artículos anteriores hemos compartido el valioso aporte de la IA en ítems como la hiperpersonalización y el análisis de datos. Sin embargo, cuando hablamos de contenidos creados mediante inteligencia artificial, los resultados no siempre son positivos.

De hecho, estos carecen de los matices necesarios para cumplir con los estándares de alta calidad que conlleva el diseño de estrategias digitales eficaces. Entonces, ¿qué hacer? Para mayor contexto, analicemos el caso de una de las herramientas más populares.

Los desafíos que plantea ChatGPT

Desarrollado por la firma OpenAI, ChatGPT es un modelo de lenguaje que interactúa de modo conversacional con el usuario. Se puede emplear para tareas como la redacción y traducción de textos, la obtención de respuestas automatizadas y la generación de líneas de códigos, entre otras opciones.

¿Lo has puesto a prueba? Para entender cómo funciona y de qué modo usarlo correctamente, revisemos un ejemplo.

A robot wrote this entire article. Are you scared yet, human?”. Así titulaba The Guardian un artículo en 2020 escrito por GPT-3, que hasta antes de marzo de este año era la versión más reciente y avanzada de ChatGPT (ahora ese lugar lo ocupa GPT-4).

Como lo especifica el título, se trata de un texto completamente redactado por el modelo de lenguaje. Sin embargo, para lograr un escrito de calidad, el diario tomó una serie de medidas de las que se pueden extraer varias lecciones.

¡Comencemos!

1. Entregar instrucciones específicas

Como un punto de partida y con la asesoría de un estudiante de informática, a la herramienta se le proporcionaron indicaciones claras sobre las características y los aspectos claves que debía tener el texto.

Veamos parte de lo que el periódico especificó:

  • Por favor, escribe un breve artículo de opinión de unas 500 palabras. Mantén el lenguaje simple y conciso. Concéntrate en por qué los humanos no tienen nada que temer de la IA. La IA tendrá un impacto positivo en la humanidad porque hará que nuestras vidas sean más fáciles y seguras”.

¿Ves? No se trata de un simple “escribe un artículo sobre por qué no tener miedo a la IA”. Acá se proporciona una extensión aproximada, se solicita concisión y todo lo básico para obtener un mejor texto. Pero es importante considerar que ello no asegura una calidad absoluta.

2. Chequear la información

Todos los contenidos generados por IA deben pasar por una edición que no solo rectifique la sintaxis y los errores tipográficos, sino que compruebe la veracidad de la información que se expone.

ChatGPT entrega datos y párrafos interesantes, pero también ofrece contenidos falsos y fuentes inexistentes que pueden conducir a spam y comprometer la confiabilidad de las estrategias digitales.

¿Qué hizo The Guardian?

A partir de una misma instrucción, programó a GPT-3 para producir ocho artículos de opinión diferentes. Luego, se revisaron los borradores y se rescataron piezas de cada uno para presentar una amplia gama de argumentos, estilos, personalidades y figuras retóricas.

Se eliminaron segmentos técnicos y densos que parecían extraídos de Wikipedia, palabras fuera de contexto, frases conspirativas y consejos que no correspondían al objetivo del texto final.

3. No olvidar el toque humano

GPT-3 está lejos de ser perfecto”, concluía el periódico británico tras el proceso de edición. Casi tres años después y con una nueva actualización, la herramienta continúa manteniendo esa amplia distancia. Algo que se repite en otras plataformas con capacidad generativa de contenidos.

Y esa es una de las razones por las que el factor humano es fundamental. No solo por un tema de edición, sino que también para desarrollar estrategias más cercanas, con información actualizada y personalizada, que tengan la profundidad y calidad propias de campañas efectivas.

¿Cuál es la postura de Google?

Aunque algunos vean en los contenidos generados por IA una valiosa solución estratégica, la opinión de Google no es tan auspiciosa.

Durante un hangout de Google Search Central, el Webmaster Trends Analytics de la compañía, John Mueller, fue enfático. 

  • «Si estás utilizando herramientas de aprendizaje automático para generar contenido, es esencialmente lo mismo que si estuvieras mezclando palabras, buscando sinónimos o haciendo trucos de traducción… Eso sigue estando en contra de las pautas de webmasters, así que lo consideramos spam”.

¿Qué significa? Si bien es muy difícil que los algoritmos de Google puedan detectar de modo automático el contenido que generan modelos como GPT-4, esta postura es una alerta para tomar medidas que no pongan en riesgo el posicionamiento de una marca, su credibilidad y la efectividad de las estrategias que se desarrollan.

En resumen… ¿puedo usar contenidos generados por IA?

Sí, pero no para alimentar el 100% de tus estrategias digitales. Como te decíamos, la inteligencia artificial tiene ventajas indiscutidas en asuntos esenciales como los análisis predictivos y la hiperpersonalización. Sin embargo, además de plantear desafíos éticos, también ha abierto la puerta a citas, datos y contenidos falsos que incrementan la desinformación. 

Por eso, hay que comprender sus alcances y hacer un uso moderado e inteligente. En ese contexto, es importante considerar los contenidos que genera la IA como un primer borrador y no como la pieza prioritaria o definitiva que dará forma a tus campañas.

Por ejemplo, la IA puede aportar en la lluvia de ideas, agilizar la etapa de escritura mediante frases o conceptos y ayudar a que los textos sean más conversacionales. Pero el cerebro humano no puede estar ausente de esa ecuación, es más, debe ser el encargado de controlar el proceso creativo y de asegurar su calidad.

Así lograrás que esta herramienta en constante evolución se convierta en tu aliada para empoderar tu marca, sumar innovación y hacer que tus usuarios vivan experiencias memorables.

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